En Espiritualmente queremos compartir con todos vosotros la Afinación de la Kabbalah para esta semana.
Todo lo que va, vuelve (Del 3 al 19 de noviembre de 2011)
Cuando algo malo ocurre en la vida, nuestro instinto es mirar hacia arriba y clamar a Dios: “¿Cómo me puedes hacer esto?”. Sin embargo, los grandes Kabbalistas a lo largo de la historia han estado en desacuerdo con esta idea. Ellos enseñan que en realidad nosotros somos la causa de nuestro propio caos, dolor y sufrimiento.
Según la Kabbalah, el 99% del caos en la vida de una persona está causado por el mal de ojo.
El mal de ojo es lo que ocurre cuando miramos con celos, juicio y odio lo que otra persona tiene. La revelación que más miedo da es que no tenemos que ser una persona mala para provocar el mal de ojo. Lamentablemente lo hacemos a menudo, aunque inconscientemente, sin darnos cuenta de las consecuencias que tiene.
Así es cómo funciona: el mundo está estratégicamente diseñado para que todas las personas en nuestra vida –desde nuestros amigos más cercanos a nuestros conocidos casuales; desde los miembros más queridos de nuestra familia a los desconocidos que nos cruzamos por la calle– comparten comportamientos similares a los nuestros. Nos reflejan para que podamos tener la oportunidad de ver lo que necesitamos cambiar proactivamente de nosotros mismos.
Sin embargo, o no somos conscientes de este hecho, o si lo hemos aprendido nos olvidamos de él. Es importante que recordemos que en el momento en que elegimos dejarnos llevar por pensamientos de crítica, envidia y odio, estamos apretando el gatillo hacia nosotros mismos. En otras palabras, una vez que proyectamos el mal de ojo sobre otra persona, abrimos la puerta para que el mal de ojo y las fuerzas del juicio vengan a nosotros.
¿Por qué? Por la ley universal conocida como el Efecto Bumerán: todo lo que va, vuelve.
Así pues depende de nosotros cuidar de nosotros mismos. Siempre será así. En parte el motivo por el cual juzgamos a otros es porque dudamos de que podamos tener lo que esa persona tiene. No tenemos la certeza de que el Creador quiere el mismo éxito y felicidad para nosotros.
Durante esta semana, tu misión es profundamente simple. Cada vez que mires a alguien y pienses: “¿Por qué no tengo eso?” o “No me gusta esa persona”, haz lo siguiente:
- Haz una lista de tres cosas en tu vida que aprecias.
- Recuerda que lo que no te gusta de otra persona es algo que no te gusta de ti mismo.
¡Que tengas una semana maravillosa y libre de juicio!
Todo lo mejor,
Yehuda